Hoy presentamos una pequeña idea sobre cómo tratar la
musicalidad en clase con los más pequeños.
Se presentarán varios animales, como los siguientes:
Elefante
Canguro
Pájaro
Ciempiés
Y se pedirá a los niños que les imiten:
Toda la clase siguiendo un ritmo marcado por el/la profesor/a
representará los distintos animales haciendo sus respectivas figuras.
Empezarán por hacer
sólo movimientos con las manos, después lo coordinarán con las piernas y
por último las onomatopeyas.
Una vez que todos los niños han aprendido cómo
representar a cada animal, se pasará a leer un cuento en el que aparezcan los
animales estudiados. En un primer momento, se leerá la historia, una vez
acabada la primera lectura, se dividirá a la clase en grupos de cuatro personas.
La profesora leerá el cuento y un grupo saldrá a representar a los animales que
en él aparecen. Este último paso se repetirá tantas veces como grupos se hayan
creado.
Un posible cuento para esta actividad es:
En un bosque vivían cuatro animalillos, un elefante, un
canguro, un pajarito, y un ciempiés. Un día el elefante decidió pasear por los
alrededores y así con su andar lento y pesado emprendió el camino. En el camino
se encontró con el canguro. A este le gustó la idea de pasear y le acompaño en
su trayecto. El canguro como era más ágil tenía que dar unos pasos más pequeños
que el elefante por eso, por cada paso que daba el elefante el canguro daba
dos. Así caminando y caminando se encontraron con un pajarito que estaba en un
árbol unido y se unió a ellos. El pajarito al ser el más pequeño tuvo que hacer
un gran esfuerzo (volar más rápido) para no quedarse atrás.
De esta manera el elefante iba llevando el ritmo; por cada
paso que daba el pájaro tenía que agitar sus alas cuatro veces y el canguro
daba dos saltitos. Pero cuando iban los tres juntos en un cruce del camino se encontraron
con un pequeño y movido ciempiés. Y cuando emprendieron el camino el ciempiés
tenía que andar a más velocidad que los demás animales, es decir, cuando el
elefante daba un paso el ciempiés tenía que dar 8 pasitos para llevar el mismo
ritmo que el resto. Los cuatro anduvieron mucho sin perder el paso, pero surgió
un problema. Cerca de ellos divisaron un fuego que estaba quemando el bosque
rápidamente. Los cuatro amigos por miedo a quemarse tuvieron que acelerar el
paso, pero siempre manteniendo todos el mismo ritmo para ir juntos. Su paso fue
cada vez más rápido hasta que lejos de todo peligro no pudieron más y por el
cansancio tuvieron que ir más despacio hasta que por fin se pararon a
descansar.
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